sábado, 24 de abril de 2010

Emprendedurismo Campesino

EMPRENDEDURISMO CAMPESINO
Por: Jesús Castillo More
Recientemente, Jaime de Althaus entrevistó en su programa de TV “La Hora N”, al Economista Carlos Paredes González, director del Instituto para una Alternativa Agraria (IAA), que lidera una verdadera revolución agrícola en la sierra sur del Perú, basada en la innovación adaptada a los campesinos pobres.
La propuesta de Paredes es reforzar con financiamiento equivalente a un pequeño porcentaje de lo que el país gasta en programas de desarrollo social, la extensión de esta revolución agraria a otras zonas del Perú, concentrándonos en 10 tecnologías innovadoras.
Tal como lo ha venido predicando desde hace mucho tiempo, el experto de la FAO Polan Lacki, lo que necesita el campesino pobre, más que crédito, es que alguien le enseñe a aumentar la rentabilidad del campo, reduciendo el eslabonamiento en su cadena productiva, asociándose para comprar en grupo más barato, cultivar los productos adecuados y venderlos a precios convenientes, al mismo tiempo que elevar la productividad del trabajo aprendiendo a utilizar la tecnología disponible y adaptarla a sus necesidades.
Desde hace quince años, Paredes inició su trabajo en la micro cuenca de Jabón Mayo, en la provincia de Canas, Cusco, con familias asentadas a cuatro mil metros sobre el nivel del mar. “Bajo la idea de considerar el agua como el motor que articule a los demás recursos naturales, desarrollamos un conjunto de tecnologías. En los años de investigación nos dimos cuenta que había que dejar de depender de la lluvia y desarrollar un sistema de lluvia artificial: el riego por aspersión” dice Paredes.
El costo promedio del riego por aspersión que promueve el IAA en la sierra es de seiscientos soles por familia, que es el costo de la membrana para impermeabilizar el reservorio, tubería, manguera y aspersor. Con el desarrollo de paquetes de tecnología productiva como ésos, se ha creado un modelo para replicar en el resto de las zonas rurales del país, a fin de que la sierra se industrialice y se enganche, por fin, al mercado. Se empezó con 25 familias y hoy llegan a más de 2000.
El año 1999 ya se habían validado 40 tecnologías, entre productivas, conservacionistas y de transformación. Existen también 30 tecnologías a nivel de energía renovable, que fueron aportadas por el Grupo Rural de la Universidad Católica del Perú, además de estar asociados a la Universidad Politécnica de Cataluña, España, donde se desarrollaron los biodigestores, que hacen posible cocinar con gas, evitando el humo de la leña y de la bosta. Los encargados de difundir y replicar esta experiencia en otras zonas son los yachachik, que son campesinos, líderes que aprenden y enseñan. “La universidad Católica nos enseñó su sistema de bombeo con energía renovable en un curso de un año. Allí se capacitaron 65 yachachik. y se diseñaron dos bombas de agua, la Hebert y la Cristóbal, por los nombres de sus jóvenes inventores, haciendo posible bajar el costo de 120 a 20 soles.”
Anteriormente solo se tenía cebollas, zanahoria y lechugas. Ahora tienen 16 variedades de hortalizas que amplían la diversidad de la dieta y agregan proteínas.
De los huertos se consume un 40% y el resto sale al mercado, lo que permite adquirir otros bienes.
Con más agua, los pastos han dado un salto desde 5 centímetros a más de un metro de crecimiento, con lo que las vacas han pasado a dar desde un litro a 10 y hasta 15 litros de leche diarios.
Paredes considera que es necesario adoptar al menos 18 de estas tecnologías para que las familias campesinas salgan de la pobreza y se enrumben al desarrollo, en tres tramos en tres años; el primer módulo es de 10 tecnologías.
El planteamiento del IAA es que lo que hoy es gasto social y asistencialismo, se convierta en inversión productiva. “El Estado gasta 4,300 millones de soles en ayuda alimentaria cuando nuestro modelo costaría 150 millones (menos del 4%)” dice Paredes.
La dieta de estos campesinos ha mejorado notablemente: “Los lunes pueden comer trigo, los martes habas, los miércoles quinua, los jueves papas y los viernes kiwicha. Dos veces a la semana comen cuy. En igual proporción pueden elegir la carne de pescado o de res. Acompañan este almuerzo con una ensalada entre una variedad de 16 hortalizas y con yogur o algún néctar”. Así, los niños ya no se duermen en el colegio y el alcoholismo casi ha desaparecido porque el trabajo productivo te disciplina. La unidad familiar se ha consolidado porque antes el hombre emigraba a buscar empleo en otro lugar para completar el salario de subsistencia. Hoy lo hace en el hogar y es algo suyo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario