sábado, 17 de julio de 2010

Panorama Economico Internacional y del Peru, por Ricardo Lago

Panorama económico internacional y del Perú
17 de Julio del 2010





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LIMA | Panorama internacional. Desde que estalló la crisis, el periodismo económico ha venido focalizando secuencialmente problemas concretos: primero la contaminación planetaria de las hipotecas basura de EE.UU.; luego los pánicos bancarios y bursátiles y posteriores rescates con dinero público; a continuación la inyección monetaria contra la deflación y el neo-keynesianismo contra la recesión; ahora la crisis de solvencia soberana de los países europeos. En definitiva, vivimos en un continuo apagafuegos corriendo de un árbol a otro y a veces perdemos la perspectiva del devenir en el bosque entero.

El problema de fondo es el mal estado de las hojas de balance del sector público, familias e intermediarios financieros en casi todos los países desarrollados. Crisis típicas en la fase final de periodos prolongados de innovación y prosperidad. En el mejor de los casos, recomponer las hojas de balance llevará tiempo y requiere menos consumo, más ahorro privado, más impuestos y menos gasto público. Y en el peor de los casos, suspensiones de pagos e inflación alta. Los indicadores y las bolsas nos dicen que se está agotando la recuperación raquítica y renqueante de los últimos 12 meses. No hay salida fácil ni rápida. Estamos en la fase contractiva de uno de esos ciclos largos que describieron los economistas Schumpeter y Kuznets.

Bolsas. Nos "leen las cartas". La Bolsa de Shanghái no ha levantado cabeza desde la corrección de agosto del 2009. Mal presagio, pues es la economía china la que tira del carro. Las bolsas de EE.UU. y europeas parecen haber entrado en un nuevo mercado del Oso (o bajista), al haber caído ambos índices Dow-Jones industrial y Dow-Jones Transporte debajo de los niveles mínimos registrados en la corrección de principios de junio (la señal que propuso Charles Dow a principios del siglo XX). Es decir, el mercado alcista reciente habría durado 15 meses desde marzo del 2009. El analista Mark Hulbert nos recordaba hace unas semanas que desde 1900 han habido 33 mercados alcistas de ciclo corto (y tan sólo 3 de ciclo largo). De los 33, 13 han durado no más de 15 meses. Si analizamos los 20 que han excedido los 15 meses y comparamos el promedio de las valoraciones (relación de precio-utilidad o PE ratio), la bolsa de EE.UU. estaría ya sobrevaluada entre 15% y 20%. Seguimos en un mercado bajista de ciclo largo. La caída de las bolsas arrastrará al cobre y otros metales no preciosos. Mi pronóstico para el cobre es de 2 a 2.5 dólares la libra antes de junio del 2011.

Monedas. Hoy el dinero huye de Europa por temor a que se resquebraje la Zona Euro y se va a bonos del Tesoro de EE.UU., pero el aterrizaje en dólares no es final de viaje sino sólo "parada y fonda". La razón es que la deuda pública bruta de EE.UU. ya está en el entorno del 100% del PBI, y dados los déficits presupuestales actuales y previsibles, en pocos años se acercaría al nivel máximo histórico de 120% del PBI de la segunda post-guerra. Japón, con una deuda de 200% del PBI, tampoco es destino atractivo. A la larga no puede haber moneda fuerte emitida por país alguno sobreendeudado y con finanzas públicas débiles. Así que ni euro, ni dólar, ni yen, ni la libra. ¿Y qué queda? Pues el oro y otros metales preciosos y el estrechísimo mercado de los dólares canadiense, australiano y neozelandés, la corona noruega, el franco suizo y algunas monedas de emergentes: el yuan chino -que no es convertible-, el real brasileño, el sol peruano, el peso chileno, etc. Conclusión: el oro seguirá subiendo. Mi pronóstico es que lo veremos a 1,500 la onza antes de finales del 2010 y a 2,000 antes de finales del 2011.

Perú. La fortaleza del sol frente al dólar se ha intensificado: en julio, las compras han ascendido a un promedio diario de casi 90 millones de dólares. El Perú está importando presiones inflacionarias del exterior en la forma de entradas de divisas secuela del superávit en cuenta corriente y del ingreso de capitales. Proceso que anticipé en esta columna hace 15 meses. El BCR está haciendo lo imposible para neutralizar la monetización de los dólares, subiendo los encajes, las tasas de interés, y tomando prestado de los bancos. Pero ante la implacable avalancha de dólares, los instrumentos de política monetaria son insuficientes; sólo una caída mayor del dólar y/o un superávit presupuestal podrían hacer el trabajo. Por eso la inflación vuelve a ser problema. Después de dos semestres de inflación cero en el 2009, hemos pasado a una tasa semestral (anualizada) de 2.9% en el primero del 2010, ya superior al 2.7% en el último semestre del gobierno de Toledo.

El PBI de mayo creció a una tasa interanual de 9.2% y estimo que la tasa de junio estaría por encima del 10%. Me mantengo por tanto en mi pronóstico de hace varios meses de que la economía crecerá 8% en el 2010, pero no más del 5% en el 2011, pues anticipo que habrá desaceleración a partir de agosto. Mi pronóstico revisado de inflación para el 2010 es no menos de 4%.

Aráoz. Leo con agrado la posible postulación de la ministra Mercedes Aráoz a la Presidencia. Su desempeño en los tres ministerios económicos clave ha sido muy eficaz y honesto; sabe explicar al público temas difíciles con claridad y sosiego; tiene extraordinarias dotes gerenciales; combina bien la sencillez con una razonable y sana ambición política. Además, amén de conducir con indudable éxito los TLC, tuvo los pantalones para plantarse y renegociar Olmos, subir las gasolinas; para recortar algo el gasto público; no ceder ante presiones salariales excesivas, etc. Aráoz enriquece el paisaje de las presidenciales, eleva el listón, y mi pronóstico es que probablemente pasaría a la segunda vuelta.

Si su candidatura se materializa, la gran pregunta es si su sucesor(a) tendría la visión e inspiraría la confianza suficiente para primar la lucha contra la naciente inflación frente a las inevitables presiones de gasto pre-electorales. Y sin duda si mantendría la aureola de honestidad que ha mostrado Aráoz en su carrera.





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