jueves, 24 de junio de 2010

Economia y Biodiversidad

ECONOMÍA Y BIODIVERSIDAD
Por: Jesús Castillo More (*)
La Economía es el estudio de la forma como los individuos y la sociedad, resuelven el problema económico, que consiste en que lo que tenemos no alcanza para todo lo que quisiéramos.
Las necesidades de alimentación, vestido, vivienda, salud, educación, transporte y recreación se satisfacen antes que con dinero, con bienes y servicios que a su vez se obtienen con recursos naturales, tecnológicos y humanos, que los primeros economistas clasificaron como tierra, trabajo y capital, que son bienes que sirven para producir otros bienes (herramientas, máquinas, conocimientos e iniciativas). El dinero es un invento de la sociedad para facilitar el intercambio de fondo entre factores de producción ofrecidos por las familias y bienes y servicios ofrecidos por las empresas. La Teoría Económica, cuyo objetivo es simplificar la realidad para explicarla y predecir consecuencias de determinadas acciones, agrupa a todos estos factores de producción en dos grandes categorías: Trabajo (L) y Capital (K), que incluye a los recursos naturales. Cuando usted prepara una limonada, pone sobre la mesa limones, agua, azúcar, jarra, vasos, cuchillo, cucharas y agrega trabajo. Si le piden que clasifique todo esto bajo los rubros L y K ¿Dónde entran los limones? No son trabajo ni capital, son insumos, materias primas o bienes intermedios, que a su vez son resultado del uso de K y L, por lo que la Teoría solo considera a éstos dos como factores de producción en general. La justificación es que la producción total solamente incluye los bienes y servicios finales, para lo cual hay que restar los bienes intermedios, con lo que se aprecia el valor agregado por el esfuerzo productivo y el aporte y en consecuencia ingreso de los propietarios del capital y el trabajo. ¿Dónde incluimos las cáscaras y el desperdicio de la actividad económica? Esto es materia de la economía ambiental. El conocimiento y la innovación son capital humano que potencia la capacidad productiva de K y L para elevar la productividad y el uso de tecnologías limpias que no contaminen. La regulación del estado tiene lugar aquí, para impedir la contaminación y para dotar de infraestructura física y capital social mediante educación y salud de calidad.
La escasez de recursos obliga a tomar decisiones y organizar la actividad económica, que históricamente ha adoptado dos formas: una vertical de arriba hacia abajo, como en el imperio incaico y en los países socialistas, donde el mecanismo es la planificación central, y otra horizontal como en la mayoría de las economías modernas, donde el mecanismo para resolver el que producir con los recursos escasos, cómo producir y para quién producir es el sistema de precios, que requiere para su funcionamiento la propiedad privada de los factores de producción, que dan lugar a oferta y demanda, es decir al mercado, donde la interacción entre productores y consumidores asigna los recursos en forma descentralizada dando lugar a beneficios mutuos.
El funcionamiento del sistema de precios a través del mercado, presenta fallas relacionadas con la desigualdad en la distribución del ingreso, bienes públicos, mercados imperfectos como los monopolios, información asimétrica y externalidades relacionadas con perjuicios o beneficios que no son internalizados como costos o beneficios por quienes los originan, por ejemplo la contaminación ambiental de la actividad minera o la revalorización de inmuebles circundantes a un supermercado. Toda actividad económica contamina, lo que no es razón para prohibirla, pues nos quedaríamos sin producir nada. Los dueños de establos lecheros lo saben muy bien. El problema es de sumas y restas: interesa los beneficios netos luego de restar los costos privados y sociales a los beneficios. En el caso de los proyectos mineros, la pregunta es qué pasará con y sin el proyecto. ¿Tiene sentido oponerse con el argumento de la contaminación a una empresa minera que usará tecnologías limpias y generará empleos y otros beneficios, para luego dejar los yacimientos en manos de mineros informales que solo generan contaminación?
La Organización de las Naciones Unidas (ONU), ha declarado este año como el Año Internacional de la Diversidad Biológica. Con tal motivo, el Diario El Comercio publicó hace un mes, un suplemento, titulado “Biodiversidad divino tesoro” editado por la especialista en Medio Ambiente Martha Meier Miró Quesada, donde informa que el Perú posee una diversidad sorprendente en términos de flora, fauna, climas, ecosistemas, agro diversidad, tradiciones étnicas y culturales, que incluye 333 especies de anfibios, 462 de mamíferos, 1806 de aves, 2000 de peces y 4,400 de plantas naturales, de las cuales 1408 son medicinales. El Perú tiene 28 de los 32 tipos de clima en el mundo y 84 de las 104 zonas de vida identificadas en el mundo. ¿Cuál es la biodiversidad de la Región Piura o de la Región Lambayeque? Esta es pregunta básica para nuestros candidatos. Todo este potencial está a la espera de su complemento indispensable para sacarle provecho en la lucha contra la pobreza: personas capacitadas y honestas que lideren la formación de capital humano, infraestructura, seguridad ciudadana, ordenamiento jurídico, que de continuidad al crecimiento económico con equidad, evitando a los políticos rutinarios que no ven más allá de sus propios intereses, o se limitan a seguir instrucciones de quienes los reclutaron y dieron el cargo.
(*) jcastillomore@gmail.com

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